La propulsión eléctrica va ganando terreno y parece no limitarse a unos pocos ferrys como hasta ahora venía siendo. Robert Allan acaba de presentar una versión de una embarcación de práctico eléctrica. Su exterior es similar a una embarcación tradicional sin embargo es de aluminio y está equipada con baterías recargables.
La ingeniería de diseño Robert Allan presenta una nueva embarcación de práctico completamente eléctrica destinada principalmente para aquellas que realizan viajes cortos (hasta 5 millas).
Se trata de la RAlly 1600-E, que a diferencia de su modelo predecesor de acero será de aluminio. Su propulsión, completamente eléctrica mediante baterías que se recargan a través de la red de tierra en puerto. Dos pequeños generadores auxiliares gemelos son suficientes para retornar a puerto y aumentar su alcance aunque su uso debería limitarse a excepciones o emergencias.
La velocidad máxima será de 20 nudos. Silencioso y libre de emisiones, este buque además ofrece una reducción de los costes operativos significativa.
Como ya se ha mencionado, esta embarcación puede realizar los traslados del práctico a máxima velocidad y regresar a puerto a media velocidad con un margen del 30% de la capacidad nominal de la batería.
Los dos motores propulsores de 500 kW, cada uno, a 2.800 rpm, eléctricos de imanes permanentes de CA y 750 V controlados por convertidores de frecuencia está unidos a las hélices de 840 mm de diámetro mediante reductor.
70 módulos Spear SMAR-11N-224 forman el sistema completo de baterías con una capacidad total de 815 kWh. Siguiendo la norma de las sociedades de clasificación (LR, ABS o BV) se encuentran en un local separado situado en la mitad del buque entre los espacios de la acomodación y la cámara de máquinas. Las baterías refrigeradas por líquido están en un local bien ventilado y con el sistema de extinción de incendios de FirePro. Este conjunto de baterías también suministra electricidad al resto de consumidores a bordo.
Los costes básicos de esta embarcación de práctico eléctrica dependerán de dónde se construya y del sistema eléctrico elegido. Robert Allan también remarca la reducción de los costes de mantenimiento y que el periodo de amortización será función del consumo de electricidad y del número de horas de operación al año.