
Una extensa área del fiordo de Trondheim, al norte de Noruega, ha sido designada como banco oficial de ensayos para buques autónomos.
Es la primera zona costera en el mundo oficialmente dedicada al desarrollo de la tecnología para buques autónomos, y se convertirá en una instalación vital para el futuro del transporte marítimo.
La compañía noruega Kongsberg está desarrollando los sensores, software, y sistemas de Autosea, proyecto liderado por la universidad NTNU, y están enfocados a la mejora de la conciencia situacional mediante una combinación de sensores para reducir el riesgo de colisiones. Para mejorar las capacidades de detección de pequeños objetos, además del radar convencional se incluyen tipos de sensores que normalmente no se usan en el sector marítimo, como cámaras, infrarrojos y Lidar (medición de distancia por infrarrojos). DNV-GL y Maritime Robotics son los otros participantes de este proyecto.