Cepesca ha expuesto en Bruselas las graves consecuencias que puede tener la aplicación de la propuesta de Comisión Europea sobre la pesca con nasas de camarones en el Mediterráneo y sin que haya, a juicio de la delegación, razones objetivas para ello.
Concretamente, Cepesca rechaza una de las propuestas de la Comisión que pretende prohibir el uso de más de 250 nasas por buque para la captura de crustáceos de aguas profundas, incluidas diferentes especies de la familia de los pandálidos, como el camarón soldado o la quisquilla.
Cepesca solicita que se mantenga la limitación actual de 1.500 nasas para la captura del camarón soldado (Plesionika Edwardsii), puesto que se trata de una especie de rápido crecimiento y con altas tasas reproductivas. Además, las capturas se realizan a una profundidad de entre 140 y 560 m, muy inferiores a las que habitan especies consideradas abisales y que registran tasas bajas de crecimiento.Cepesca La delegación, ha mostrado también los resultados de los últimos informes científicos, que apuntan a que la biomasa total del camarón soldado es mayor que la biomasa de Rendimiento Máximo Sostenible (Brms) y su mortalidad por pesca es inferior a la mortalidad de Rendimiento Máximo Sostenible (Frms). En este sentido, señalan estos informes, el estado de los stocks permitiría, incluso, aumentar en un 20% el número de nasas a utilizar diariamente.
Según nuestra delegación, esta excelente situación de los stocks se debe a que la captura del camarón soldado se realiza a través de una pesca selectiva, con capturas accesorias muy reducidas y que no genera pesca fantasma, es decir, capturas producidas por aparejos o artes de pesca perdidos o no atendidos que siguen activos.
En las actuales condiciones, la pesquería del camarón soldado en el Mediterráneo, que realiza alrededor de 8 mareas al año con una duración media por marea de 45 días, ofrece un beneficio neto antes de impuestos y amortizaciones de entre el 8% y el 9% de los ingresos totales. De hecho, el número de 1.500 nasas diarias es el que ofrece un balance adecuado entre inversión necesaria e ingresos.
La aplicación de la prohibición, advierte Cepesca , no tendría otra consecuencia que la inexorable inviabilidad económica de una pesquería, que actualmente se limita a 8 embarcaciones españolas (6 con base en el puerto de Santa Pola y dos en Carboneras y Motril) que operan en aguas internacionales del Mediterráneo y dan trabajo a un centenar de familias. En 2015 esta flota capturó 574 t de Plesionika Edwardsii.