Es una tecnología que permitiría el desplazamiento de centro a centro de las capitales canarias en 30 minutos.
El pasado 3 de abril, el vicepresidente y consejero de obras públicas y transportes del gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, se reunió con el director general de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla, y anunció que, gracias al impulso del ejecutivo canario, España será el primer país europeo en autorizar las Naves de Vuelo Rasante (NVR), una nueva tecnología de transporte marítimo de pasajeros que duplica la velocidad del conocido jetfoil y que permitiría el desplazamiento de centro a centro de las capitales canarias en 30 minutos y abriría la puerta a la conectividad marítima de pasajeros entre islas menores. En el encuentro también estuvieron presentes representantes de la compañía Ciwing, operadores de este tipo de naves.
En noviembre de 2017, a instancias del vicepresidente y consejero de obras públicas y transportes del gobierno de Canarias, la Dirección General de Marina Mercante puso en marcha un grupo de trabajo especializado para el desarrollo de una normativa española que permita explotar comercialmente este tipo de naves. En el grupo de trabajo se encuentran varios subdirectores de la Dirección General de la Marina Mercante, un exalto cargo de la Organización Marítima Internacional, representantes de la división de sistemas navales del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA-CEHIPAR) y miembros de la empresa Ciwing. Tras una decena de reuniones técnicas, el grupo de trabajo aprobó el pasado 6 de febrero una propuesta definitiva de normativa para NVR que ahora debe iniciar su tramitación para ser aprobada como norma legal.
La mejora de la movilidad interinsular, para el gobierno de Canarias, no es sólo una cuestión de desarrollo económico sino una acción estratégica para la cohesión social y vertebración del territorio, por lo que sitúa la aprobación de esta normativa que regulariza este tipo de transporte como la apertura de una puerta más al transporte interinsular.
Las NVR, conocidas como ekranoplanos, fueron reguladas para uso civil por la Organización Marítima Internacional en 2002. Navegan sobre el agua sobre un colchón de aire sin contacto. Sus características de diseño y materiales empleados se asemejan más a las de una aeronave que a las de las embarcaciones tradicionales pero son legalmente barcos y su regulación depende, por lo tanto, de la autoridad marítima.
Actualmente sólo Rusia, Corea y China disponen de una regulación nacional específica para este tipo de naves que permita su explotación. Ningún país de la Unión Europea había desarrollado hasta el momento una normativa.