La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) tras una semana de negociaciones entre 51 países han acordado por fin un plan de recuperación para el pez espada del Mediterráneo, que registra sobrepesca desde hace más de 30 años y un grave descenso de población.
El plan incluye una modesta reducción de las capturas y un sistema de cuotas, sometido a medidas de vigilancia y control para evitar la pesca ilegal y mejorar la transparencia en la gestión y comercio del pez espada.
El plan ha sido propuesto por la Unión Europea, que efectúa el 75% de las capturas. Incluye un Total Admisible de Capturas (TAC) de 10.500 t para 2017 y posteriormente una reducción del 15% entre 2018 y 2022. El TAC individual de cada parte contratante se adoptará a principios de 2017.
Según Oceana este plan llega demasiado tarde, es muy limitado y está muy alejado de las recomendaciones científicas, mientras que la organización lleva muchos años dando la alarma sobre la necesidad de un plan de recuperación en el Mediterráneo.
Las recomendaciones científicas de los expertos de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) confirman la crítica situación del pez espada en el Mediterráneo.
La población de pez espada se ha reducido a una tercera parte en tan sólo 30 años, y las recomendaciones científicas publicadas en octubre revelan que, si no se toman acciones para detener la sobrepesca, hay 0% de probabilidades de que se recupere por sí misma. Además, recientes datos públicos muestran que la situación está empezando a afectar a flotas y mercados de pez espada.
Los científicos se hacen eco de un llamamiento de Oceana para elaborar un plan inmediato de recuperación para devolver la población de esta especie a niveles sostenibles. Al ritmo actual, se trata de la única alternativa a un Total Admisible de Capturas (TAC) cero, es decir, al cierre de la pesquería. Como resultado directo de la crisis del pez espada, Malta ha perdido este año el 25% interanual de sus capturas y los ingresos de la pesquería se han reducido un 30%. Italia, el actor principal en la pesca del pez espada, cuenta con el 45% de las capturas de pez espada en el Mediterráneo, pero debe importar casi siete veces más de países como Marruecos o Argelia. Con esto satisface su demanda interna, pero con el daño colateral de rebajar los precios del mercado y dañar a la economía local.
El pez espada del Mediterráneo ha sufrido mala gestión durante décadas, a pesar de que los científicos dieran la voz de alarma ante la sobrepesca. Los restringidos intentos de gestionar la especie y el fracaso de los países ribereños a la hora de enfrentarse a la situación explican los bajos niveles de la población de pez espada y los males económicos que empiezan a afectar a sector pesquero y economías locales.
Fuente: Oceana