El 8 de marzo de 1911 se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Se fue extendiendo a numerosos países y en 1975 la Asamblea General de la ONU declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Desde aquí, hacemos nuestro homenaje a aquellas mujeres nacidas en épocas antiguas y que por diversas circunstancias no siguieron el rol establecido de entonces. Fueron mujeres intrépidas que terminaron capitaneando barcos y tuvieron bajo su mando a una tripulación formada por hombres que acataban sus órdenes. Eran mujeres piratas.
Ya en nuestro top10 sobre los piratas más famosos del siglo XVIII podemos encontrar a una de estas mujeres. Aquí os dejamos a las cinco más representativas de la historia, por orden cronológico.
Nuestro top10 de las Diez batallas navales con más transcendencia en la historia se abría con la Batalla de Salamina (480 a.C.). La reina de Halicarnaso, única mujer entre los comandantes del rey persa Jerjes I, no dudó en ponerse al mando de una flota de cinco buques en la II Guerra Médica. Artemisa I de Caria (s. V a. C.) puede considerarse como la predecesora de todas estas capitanas.
Hay leyendas sobre Alvilda, hija del rey godo de Dinamarca, Siward, aunque no se sabe a ciencia cierta que existiese, de ahí que no consideremos incluirla entre nuestra clasificación.
1. Juana de Belleville (1300 – 1359)
Apodada como la tigresa bretona, fue una noble francesa que se convirtió en corsaria en el s.XIV a consecuencia de la muerte de su marido, Olivier IV de Clisson, decapitado tras ser acusado de felonía por el rey Felipe VI de Francia.
Dos de sus cinco hijos la acompañaron en su hazaña de venganza. Y junto a un gran número de señores de Bretaña, comenzó su guerra contra el rey y su sobrino. Para ello, se hizo con dos barcos y abordaba a los navíos comerciales franceses.
2. Grace O’Malley (1530 – 1603)
Corsaria en la Irlanda del s. XVI, conocida con el apodo de Granuaile. La canción irlandesa «Oró Sé do Bheatha ‘Bhaile» está dedicada a ella. Aquí os dejamos una versión de la misma:
Hija del navegante dedicado al comercio internacional Eoghan Dubhdara O’Maille. Acompañó a su padre y a sus dos marinos en diversas travesías marinas participando en actos de piratería contra españoles e ingleses. Recibió el perdón de la reina Elizabeth tras renunciar a la piratería en 1586.
3. Anne Bonny (1698 – 1790)
Conocida por su diminutivo Boon, fue una corsaria irlandesa que operó durante los primeros años del s. XVIII, y que, junto con su compañera, Mary Read, fueron las dos únicas mujeres que se sabe que fueron declaradas culpables de piratería.
Se casó con James Bonny, marinero que estaba metido en el mundo de la piratería, pero que lo único que buscaba era la fortuna de su familia. Después conoció al pirata Jack Rackham, apodado Calico Jack, que fue intendente a bordo del Ranger, bergantín del pirata Charles Vane.
Tras la captura de un buque alemán, su vida se cruzó con la siguiente protagonista, así que si queréis saber cómo terminó su vida, deberéis continuar leyendo.
4. Mary Read (1697 – 1721)
De origen irlandés, su destino ya estaba escrito cuando su madre la vistió de chico para que pudiera ser su heredera. Entró al servicio del rey como grumete y sirvió más tarde en la infantería. Tras marchar a Holanda en 1719 y fallecer su marido, volvió a vestirse de hombre y se enroló como marinero en un barco holandés. Este barco fue atacado por James y Anne Bonny. Anne descubrió que era mujer y entabló con ella una relación de amistad, convirtiéndose en pirata.
Sin embargo, el comandante Jonathan Barnet puso fin a sus días de piratería, y a diferencia de sus compañeros hombres se libraron de la horca alegando estar embarazadas. Mary Read falleció de unas fiebres y Anne Bonny desapareció.
En la ficción, encontrareis el personaje de Anne Boony dentro de la trama del videojuego Assassin’s Creed IV: Black Flag, o en la serie Black Sails. Mary Read es la protagonista de la novela “Lobas de mar”, de Zoé Valdés, y de otros títulos de diversos autores.
Madame Ching o Ching Shih, fue la primera mujer pirata de China. Tras sus nupcias con el capitán Cheng I (pirata), formaron una coalición de más de 400 barcos y 70.000 marinos. Al final de su carrera, esta mujer llegó a tener bajo su mando a más de 2.000 barcos. Elaboró un código de leyes sobre sus subordinados, a los que exigía obediencia plena.
Si queréis saber más sobre este tema, y si hubo más mujeres piratas intrépidas, os recomendamos las siguientes lecturas:
– “Mujeres piratas”, de Germán Vázquez Chamorro. Algaba, 2004
– “Las mujeres piratas: aventuras y leyendas del mar”, de Henry Musnik. Ed. Renacimiento