Durante décadas, la construcción naval ha sido el motor que impulsaba la economía de este país, llegando a ser el tercer mayor constructor naval del mundo por volumen de pedidos, aportando el pasado año el 7,6% del total de las exportaciones del país.
El reciente estancamiento del comercio mundial ha llevado a las empresas a un punto de no retorno que comenzó con la crisis económica mundial en 2008 y después, con la dura bajada de costes de los constructores chinos. El exceso de flota de portacontenedores y la poca demanda de transporte han hecho que los fletes estén en mínimos históricos, los armadores no encargan nuevos buques e incluso están desguazando buques jóvenes de su flota.
Los pedidos de nuevas construcciones de los constructores surcoreanos durante los pasados nueve meses de este año descendieron un 87% comparado con el mismo periodo del pasado año, según el ministerio de comercio del país.
Todos los principales astilleros surcoreanos, que incluyen a los tres grandes: Hyundai Heavy Industries Co., Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering Co. y Samsung Heavy Industries Co., han vendido activos prescindibles y han realizado y realizarán planes de reestructuración liderados por los bancos que han afectado directamente a su plantilla. La consultora McKinsey & Co. comentaba que es poco probable que Daewoo llegue a 2020 si la recesión del mercado continúa, aunque la compañía ve exagerado este pronóstico.
El pasado lunes, 31 de octubre, el ministro de economía de Corea del Sur, Yoo Il-ho, comentó que financiará la construcción de más de 250 buques (aproximadamente 11 mil millones de wones), hasta 2020. Más de la mitad serán embarcaciones para pequeñas navieras y de la industria pesquera. El resto serán guardacostas y buques de guerra, como patrulleros, para el Estado.
No se sabe si este plan de ayudas servirá para mantener a flote la industria. Este plan al estar dirigido especialmente a los astilleros más pequeños y deja sin ayudas a los grandes constructores.
Según analistas nacionales, este plan ayudará a repuntar sus astilleros a partir de 2018, según los análisis de los ciclos económicos.
La decisión de inyectar miles de millones de dólares de dinero público a los astilleros es un reflejo del papel tan significativo que tienen en la economía del país. El sector representó el 7,1% del total de empleos manufactureros del país el año pasado, según el gobierno.
Los bancos estatales y comerciales de Corea del Sur ya han inyectado miles de millones de dólares en algunos astilleros considerados demasiado importantes para que quiebren. El pasado mes de junio, el gobierno y el banco central crearon un fondo de 11 mil millones de wones para recapitalizar los bancos estatales con el fin de afrontar las deudas incobrables de las compañías navieras y astilleros en dificultades.
El viceministro de comercio, Jeong Marn-ki, comentaba además que esperan que los tres grandes constructores navales se mantengan, pero que se les exigirán que tomen medidas de reestructuración más estrictas de las ya tomadas, incluyendo despidos y nuevas ventas de negocios no esenciales. Éstos deberán recortar un 32% sus puestos laborales para 2018 y reducir sus operaciones en un 23%.
El Ministerio de Finanzas también comentó que el gobierno ofrecerá 6,5 billones de wones para que las navieras locales puedan financiar la compra de nuevos buques de mayor porte, lo que se reflejará en mayores márgenes de beneficios. Además, Corea del Sur tiene la intención de crear una compañía de financiación de buques respaldada por el Estado con un capital inicial de un billón de wones.
La desaceleración del comercio mundial y la sobrecapacidad también han golpeado a las compañías navieras, obligando a algunas a malvender buques. Recordemos que Hanjin Shipping Co., se declaró en bancarrota a finales de agosto y está bajo orden judicial para disponer de activos como barcos y terminales. Hyundai Merchant Marine Co., rival directa de Hanjin, se ha salvado de las quiebras en julio tras una revisión rigurosa de la deuda de sus acreedores.