El uso de biocombustibles de segunda generación es una de las muchas soluciones para la descarbonización del transporte marítimo.
Convencidos de la urgente necesidad de luchar contra el cambio climático, las multinacionales holandesas: FrieslandCampina, Heineken, Philips, DSM, Shell y Unilever (todas miembros de la Coalición Neerlandesa para el Crecimiento Sostenible (DSGC, siglas en inglés de Dutch Sustainable Growth Coalition); unirán sus fuerzas con A.P. Moller – Maersk para dar un paso de gigante hacia la descarbonización del comercio marítimo.
Uno de los portacontenedores triple-E de la naviera utilizará biocombustibles de segunda generación de hasta un 20% más sostenible durante su viaje redondo entre Róterdam y Shanghái (25.000 millas náuticas), evitando la emisión de 1,5 millones de kg de CO2 y 20.000 kg de sulfuro. El viaje tendrá lugar entre marzo y junio de 2019.
Los miembros de DSGC son los patrocinadores de este proyecto piloto, Shell será el suministrador del combustible y Maersk quien aporte los buques. El uso de biocombustibles de segunda generación es una de las muchas soluciones para la descarbonización del transporte marítimo. A largo plazo, se necesitan avances en el desarrollo técnico y en los combustibles además de más inversión en toda la cadena de suministro comercial para lograr reducciones significativas de emisiones.
Søron Toft, director de operaciones de A.P, Moller – Maersk apunta que es necesario llevar a cabo grandes avances para alcanzar el objetivo de emisiones de dióxido de carbono nulos para el año 2050.
Por transporte marítimo se envía el 90% de los productos manufacturados y responsable del 3% del total de las emisiones de dióxido de carbono estimándose un aumento para 2050 de hasta el 15% si no se controla. En este viaje se dejará de emitir a la atmósfera la misma cantidad de dióxido de carbono que emiten en un año más de 200 hogares o las emitidas por un automóvil al recorrer una distancia de 12 millones de kilómetros.