La XVIII Campaña Antártica comenzó el pasado 20 de octubre,cuando el buque de investigación oceanográfica Hespérides zarpó del puerto de Cartagena rumbo a las dos bases antárticas españolas: la Juan Carlos I,en a la Isla Livingston,y a la Gabriel de Castilla,en Isla Decepción,que también será clausurada hasta el inicio del próximo verano austral.
“Acaba aquí una larga e intensa campaña donde hemos contado con una gran variedad de proyectos científicos,que han abarcado desde el estudio de la evolución de los glaciares,investigación en magnetismo,sísmica,meteorología,líquenes y de la contaminación de origen orgánico,entre otros. Además,es muy enriquecedor compartir el día a día con personal de múltiples nacionalidades en este sitio tan inhóspito pero a la vez tan maravilloso”,comenta Jordi Felipe,jefe de la Base Antártica Juan Carlos I.
El Hespérides,que ha permanecido durante toda la campaña en la Antártida,ha funcionado como tercera sede científica. En su interior se ha llevado a cabo el proyecto Pegaso,liderado por el investigador del CSIC Rafel Simó,del Instituto de Ciencias del Mar y en el que han participado 30 personas de nueve países. El objetivo de esta investigación ha sido estudiar cómo las emisiones de gases y partículas emitidas por el plancton regulan la formación y características de las nubes sobre el océano.
El segundo proyecto de los liderados por el CSIC,denominado Remarca,ha estado dirigido por el investigador Jordi Dachs,del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua. Esta iniciativa,que ha desarrollado su trabajo en la base Juan Carlos I,ha tomado muestras de agua,hielo,suelo,vegetación,atmosféricas y de plancton con el fin de estudiar la influencia del periodo del deshielo en el destino de los contaminantes y su incorporación en los organismos. El estudio permitirá predecir el impacto de los contaminantes en la Antártida en el escenario actual de cambio global.