Se ha puesto en marcha una campaña internacional para mejorar las predicciones de las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en el Ártico y la Antártida. El objetivo es reducir los riesgos medioambientales y potenciar las oportunidades derivadas de la evolución del cambio climático.
El Año de la predicción polar se celebra desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019 para abarcar un año completo en el Ártico y la Antártida, y en él participan la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Instituto Alfred Wegener (Alemania) y un amplio conjunto de asociados de todo el mundo.
Las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino presentan graves deficiencias. El Ártico y la Antártida son las regiones del mundo con el menor número de observaciones. La ausencia de datos y predicciones en el Ártico y la Antártida influye también en la calidad de las predicciones meteorológicas de otras partes del mundo. En consecuencia, se confía en que los avances en la predicción polar den lugar a mejoras en las predicciones meteorológicas y climáticas, tanto para las regiones polares como para los países densamente poblados.
Las campañas coordinadas sobre el terreno entre mediados de 2017 y mediados de 2019 contribuirán a un mayor número de observaciones en ambas regiones polares. Cada vez hay más proyectos, redes y organizaciones internacionales vinculados a las actividades del Año de la predicción polar, entre ellos varios proyectos de la Iniciativa Horizonte 2020 de la Unión Europea.
Se hará especial hincapié en las capacidades de predicción del hielo marino. En escalas temporales más breves, la información sobre el hielo marino incluye información sobre zonas con fuerte convergencia del hielo, que es importante para la navegación segura. En escalas temporales mensuales a estacionales, el foco de atención comprenderá la predicción de las condiciones del hielo marino en la ruta del mar del Norte y en el océano Austral alrededor de la Antártida.
Los drásticos cambios en las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en los polos están dando lugar a un incremento de actividades humanas como el transporte, el turismo, la pesca y la explotación y extracción de recursos naturales.
Es probable que los cambios en el círculo polar ártico den como resultado una apertura del mar, un aumento del oleaje y un incremento de las dificultades para la navegación a causa del hielo. En un Ártico sin hielo, las condiciones de altura de las olas, del orden de 7,5 m o más, podrían ser la nueva situación que los marineros tengan que tener en cuenta para diseñar y planificar la navegación. La capacidad para comprender y predecir mejor los efectos de fenómenos como las bajas polares del Ártico o los vientos extremos de la Antártida ayudará a que las naciones del entorno de los polos se preparen para problemas considerables de gestión y conservación de las carreteras, los aeropuertos, los edificios y los oleoductos existentes.