Ha dado comienzo el proyecto TAPAS (“Tools for Assessment and Planning of Aquaculture Sustainability”), de cuatro años de duración, formado por un equipo internacional de expertos en acuicultura, liderado por la Universidad de Stirling (Reino Unido), y entre los que se encuentra la Universidad de Murcia y el Instituto IMDEA Agua de Madrid. El objetivo es establecer nuevas estrategias y modelos capaces de fomentar el crecimiento sostenible de la industria acuícola en Europa.
Es una Acción de Investigación e Innovación del Horizonte 2020 financiada por la Comisión Europea, con un presupuesto de casi 7 M€. El proyecto creará herramientas de gestión y buenos usos para el sector de la acuicultura en Europa, e investigará los límites de la actividad de cultivo de peces en distintas localidades, los impactos ambientales y cualquier riesgo futuro que este cultivo pueda generar, así como las interacciones de la acuicultura con la sociedad.
El consorcio europeo evaluará las estructuras actualmente en funcionamiento en los mares, lagos y ríos de la Unión Europea, examinando diversos ambientes y desarrollando nuevos enfoques para producir sistemas informáticos que permitan la expansión sostenible de la acuicultura. El trabajo está en concordancia con la Directiva Europea de Estrategia Marina que insta a los estados miembros a proteger los ambientes marinos más eficazmente a través de un monitoreo ambiental continuo, utilizando sistemas de alerta temprana y tecnologías de gestión eficientes.
El equipo de investigación colaborará con la industria, gestores, responsables administrativos y otros usuarios potenciales para asegurar que las herramientas desarrolladas sean accesibles, utilizando cursos y actividades divulgativas para mejorar la imagen de la acuicultura europea y promover una estrategia integrada de sostenibilidad.
El trabajo colaborativo jugará un gran papel en la estrategia de la Comisión Europea para adquirir el crecimiento inteligente de la producción acuícola en los mares regionales europeos. Estos mares generan aproximadamente 5,4 millones de puestos de trabajo y producen un valor económico añadido de casi 500 billones de euros al año, siendo así una pieza clave para la economía global.