La extraordinaria expedición de un barco pirata de juguete de un par de niños escoceses que se hizo a la mar sin capitán ni tripulación.
¿Alguna vez te habías preguntado si el barco pirata de Playmobil sería capaz de navegar en alta mar? Os contamos cómo ha surcado 390 millas por el mar del Norte.
“Un barquito de cáscara de nuez, adornado con velas de papel, se hizo hoy a la mar para llevar lejos…” Así comienza esta canción infantil que encaja a la perfección con la historia que os traemos.
Dos hermanos del noreste de Escocia, Ollie, de ocho años, y Harry, de cinco, son los protagonistas de este acontecimiento que pasará a los anales de la historia.
Al igual que en la construcción de un barco real la historia comienza en un astillero, con su diseño y construcción. En este caso, el diseño y construcción corren a cargo de Palymobil, línea de juguetes de plástico fabricados por el grupo alemán Brandstäter. Los armadores de este buque son los hermanos Ferguson, que entre su gran lista de un total de 500 “aventuras y retos por hacer” (que podéis consultar en su página de Facebook aquí) estaba hacer navegar un barco de juguete. Ya llevan logradas 208.
El barco de juguete sufrió una serie de modificaciones, al igual que un buque real cuando pasa por dique seco para trabajos de reparaciones y/o transformaciones. Con ayuda de su padre, MacNeill Ferguson, los niños rellenaron con poliestireno el casco para darle más flotabilidad y le añadieron pesos para mejorar su estabilidad (en alguna foto se aprecia la orza instalada en la quilla del barco).
Continuamos con nuestra analogía al mundo real. Durante la fase de diseño de un buque real se construyen modelos a escala y se prueban en el canal de ensayos para la recopilación de datos, optimizar formas, etc. En este caso las pruebas de canal se realizaron en una piscina municipal de su localidad.
Antes de entregar un buque real, el astillero realiza las pruebas de mar, y como no podía ser menos el Adventure (nombre con el que bautizaron su barco pirata) también fue probado cerca de la costa para comprobar que podría navegar bajo las condiciones adversas del mar del Norte.
El Adventure, bajo bandera pirata y cargado con un paquete impermeable en su bodega con la carta escrita por Ollie y Harry dirigida a aquella persona que encontrase el barco con las instrucciones de qué deberían hacer (igual que aquel mensaje en una botella de cristal arrojada al mar con las esperanzas de un náufrago de ser rescatado), partió desde Peterhead, Aderdeenshire, a finales de mayo de 2017.
Navegó 390 millas alcanzando la costa noroeste de Dinamarca, en Jutland (Hanstholm) donde fue recogido por Jeppe e Ida un mes después de que zarpase. Tras comprobar el buen estado, el Adventure fue devuelto al mar siete días después para continuar con su expedición. Poco después volvió a recalar en la costa, donde fue recogido por otros daneses y devuelto al mar.
Aproximadamente un mes después, el barco encalló en la costa de Suecia. Y ahí hubiese acabado su historia si no hubiese sido recogido por Ingelin y Aksel, quienes repararon el velamen del barco y comprobaron que podía navegar realizando pruebas de navegación en aguas portuarias.
El 1 de septiembre publicaron la confirmación de que el Adventure había llegado a Noruega. E incluso The Norwegian Press se hizo eco de esta historia.
Al Adventure de esta extraordinaria expedición le faltaban su capitán y su tripulación, y aunque no le ha ido nada mal hasta ahora, los conocimientos de los buenos navegantes nunca están de más y por ello, el capitán del buque escuela de la Marina de Noruega, el Christian Radich, ha embarcado el Adventure junto con su tripulación para realizar, tal y como dicen los niños, “¡el viaje de su vida!”. Volverán a poner en el agua al barco pirata a unas 3.400 millas al sur de las islas de Cabo Verde.
¿Llegará a las Américas como antes lo hiciesen Colón o Magallanes? La historia aún se está escribiendo así que seguiremos pendientes de buenas nuevas.