El futuro del océano hasta 2050
Se han visto en la necesidad de estudiar cómo se desarrollará la economía azul en los próximos años.
Actualmente, existen regiones que se benefician del océano en términos económicos, éstas son las que tienen acceso a los yacimientos de petróleo y gas frente a sus costas.
El mundo poco a poco tiende a la descarbonización y por ello crece la necesidad de las energías renovables. Hoy en día muchos países apuestan firmemente sobre este futuro, como es el caso de China que está construyendo grandes infraestructuras eólicas en alta mar.
La humanidad debe reevaluar su relación con el océano, ya que no solo es una fuente de energía y alimentación, sino que el 80% de las mercancías se transportan por mar, y el turismo costero y marítimo es el sustento de muchas comunidades.
La producción de agua dulce mediante la desalinización es también un mercado en expansión. Todo esto hará del océano un escenario para una carrera por el espacio como nunca antes se había visto.
La demanda de espacio se multiplicará por nueve a mediados de siglo, y la energía eólica marina representará el 82% de la misma. Las aguas cercanas a la costa, más profundas, se enfrentarán en general a una mayor competencia espacial.
Aunque existen oportunidades de aumentar la colaboración intersectorial y de trasladar las infraestructuras más lejos de la costa, las futuras necesidades de espacio deberán gestionarse cuidadosamente para reducir la carga sobre los ecosistemas circundantes.
El océano absorbe el 30% del dióxido de carbono de origen humano y produce la mitad del oxígeno del planeta; sin embargo, a pesar de su importancia fundamental en nuestra búsqueda colectiva para limitar el cambio climático, la salud de los océanos sigue sufriendo debido a la presión antropogénica.