La armada rusa ha recibido el Kolpino, el sexto y último de los submarinos del proyecto 636.3 clase Varchavyanka. Todos han sido construidos para la flota del mar Negro.
Ayer, 24 de noviembre, tuvo lugar la ceremonia de izado de la bandera en las instalaciones del Astilleros del Almirantazgo, en St. Petersburgo. Este astillero comenzó la construcción de esta serie de submarinos con propulsión diésel-eléctrica en 2010. El primero, llamado Novorossiysk, se unión a la Flota del mar Negro en agosto de 2014. El segundo de esta serie, el Rostov-on-Don, se incorporó en diciembre de 2014. El tercero y el cuarto, denominados Stary Oskol y Krasnodar, se entregaron en julio y noviembre de 2015, respectivamente, mientas que el quinto, el Veliki Novgorod fue entregado el 26 de octubre de 2016.
En 2017 se espera que comience la construcción de otra serie de submarinos para la Flota del Pacífico que finalizaría en 2021 en este mismo astillero.
La clase Kilo, como también es conocida la clase Varchavyanka, son capaces de detectar la presencia enemiga a distancias tres y hasta cuatro veces superiores al alcance que tienen submarinos análogos de otros países. Su armamento incluye 6 tubos lanzatorpedos de 533 milímetros, ocho misiles tierra-aire y misiles Calibre. Tienen capacidad para 52 tripulantes y una autonomía de 45 días. Desplazan casi 4.000 t sumergidos y 2.000 t en superficie y descender hasta los 300 m de profundidad. Su velocidad máxima es de más de 17 nudos.