Con el objetivo de proteger su medio marino y su industria acuícola contra especies invasoras, Nueva Zelanda endurece su normativa de biofouling para los barcos que entren en sus aguas.
Las plagas marinas invasoras y las enfermedades introducidas en Nueva Zelanda debida a la acumulación de organismos en los cascos de los buques, es decir la bioincrustación o biofouling, son una amenaza para el medio marino y sus recursos. Por ello desde el próximo mes de mayo, todos los barcos comerciales y de recreo que lleguen a Nueva Zelanda, necesitarán tener el casco limpio y cumplir una serie de requisitos.
Los buques que estén hasta 20 días y sólo visitando puertos designados, se les permitirá una cantidad de biofouling un poco mayor que los que estén más de 20 días o visitando puertos que no son de llegada.
Si el barco es evaluado como con mayor cantidad de biofouling de la permitido, se inspeccionarán los documentos del barco en relación con el historial operativo y los registros de mantenimiento del biofouling, y en algunos casos habrá inspección del casco mediante buzos.
Si el biofouling sobrepasa los límites, entonces su entrada será restringida a Nueva Zelanda, se reducirá el itinerario dentro del país, o se pedirá que se limpie el casco mediante un tratamiento aprobado ó en menos de 24 h por un proveedor aprobado por el país.
Muestra de cómo los buzos proceden a limpiar un casco:
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