Equipos de investigación de toda Europa volvieron a una instalación de pruebas de olas oceánicas con sede en los Países Bajos para intentar detectar el plástico flotante.
Así mismo, utilizando un conjunto de instrumentos ópticos y de microondas, los investigadores están evaluando si la vigilancia orbital del plástico podría ser práctica en el futuro.
Es más, se ha comprobado que estos instrumentos aumentan los niveles de señal cuando detectan residuos plásticos marinos.
Como consecuencia de este avance es necesario seguir investigando este enfoque.
Por el contrario, aún no se puede asegurar si se está detectando plástico directamente, o si estas señales se deben a hendiduras en la superficie del agua producidas por el plástico flotante.
Por eso, lo siguiente es realizar pruebas de seguimiento en el medio marino utilizando drones.
Se estima que una media de 10 millones de toneladas de plástico entran en el océano cada año (lo que equivale a un camión de plástico vertido cada minuto), pero los investigadores sólo saben qué pasa con el 1%.
El seguimiento por satélite podría ayudar en el futuro a rastrear su extensión y ver a dónde va, si se demuestra que esta técnica funciona en la práctica.
La campaña de pruebas tuvo lugar en el instituto de investigación Deltares, en Delft (Países Bajos), dentro de su gigantesca instalación de Atlantic Basin.
Esta instalación tiene 75 m de largo y 9 m de ancho, es decir, la mitad del tamaño de una piscina olímpica y emplea generadores de olas para poder recrear olas reales.
Se utilizarán pequeñas cantidades de plástico para intentar cuantificar los umbrales de detección y probar algunos enfoques nuevos de control.
Equipos del Instituto de Telecomunicaciones de Portugal y de la Universidad de Stirling (Escocia) emplean la teledetección por radar.
Por otro lado, un grupo combinado de la Universidad de Leiden, la Universidad de Oldenburg (Alemania) y la Facultad de Ciencias de la Geoinformación y Observación de la Tierra del ITC de la Universidad de Twente ha desplegado instrumentación óptica.
Mientras tanto, un equipo combinado de la Universidad de Alberta (Canadá) y la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos) está realizando análisis físicos fundamentales.
Pudiendo destacar entre ellos, el intento de cuantificar mejor el efecto de amortiguación de las olas de la basura plástica marina, que podría aprovecharse para estimar las concentraciones de plástico en el futuro.
Este proyecto forma parte de una campaña más amplia del OSIP sobre los desechos plásticos marinos, apoyada por el programa de Descubrimiento y Preparación de la ESA, que supervisa la investigación básica que sienta las bases para futuras misiones de la Agencia.
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